domingo, 28 de febrero de 2010

La Noche de las Linternas

Beijing, por la noche, es de colores, en contraste con su día a día, que es completamente gris. Tal vez para compensar esa melancolía de Guernica, por la noche los pekineses visten sus edificios con luces de colores, convirtiendo la ciudad en un parque de atracciones.

Hoy, Fiesta de las Linternas, la noche de Beijing tiene más colores que las demás. Desde la hora de comer, la pólvora resuena por toda la ciudad como una gran mascletá constante, y por la noche los fuegos artificiales se adueñan del cielo. La gente pasea con lamparillas y enciende petardos en un intento de ahuyentar a los malos espíritus durante todo este nuevo año. Por 5 euros puedes comprar tu propio pequeño castillo de fuegos artificiales, que tú mismo puedes encender: unos 30 segundos de luz, color y ruido subiendo hasta 20 metros de altura. Mires hacia donde mires, el olor a pólvora, el estruendo y el resplandor son un disfraz constante que viste a Beijing con los colores de la buena fortuna.

Quienes me conocéis bien sabréis que no he tirado petardos, aunque sí he estado entre gente que lo ha hecho, para compartir su buena suerte. Pero por supuesto, he paseado junto al lago Houhai con mi lamparilla y he cenado tang yuan (también llamado yuan xiao), un postre típico de estas fechas consistente en unas pequeñas bolitas blancas de arroz glutinoso rellenas de pasta de soja dulce y cocidas en almíbar, que imitan la forma y el color de la luna llena, protagonista de esta fiesta en la que se celebra precisamente el primer plenilunio del año nuevo.

Ya subiré fotos, que las hay.

¡Saludos y abrazos!

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